Los dictadores de Nicaragua desde el 2018 han criticado a la
Iglesia Católica a tal punto de justificar agresiones en contra de Sacerdotes y
templos, algo que ni Somoza se atrevió a hacer.
El lenguaje soez y nada diplomático de los dictadores dejan
en evidencia el odio que tienen en contra de la Iglesia Católica, sintiéndose superiores
a ellos, hablando como si los sacerdotes fueran criminales por criticar su corrupción,
corrupción tal que hasta ellos mismos saben lo que son.
El pasado 13 de agosto el Dictador en una celebración por el 41 aniversario de la fuerza naval, no perdió la oportunidad para hablar de forma soez y vulgar en contra de ellos diciendo textualmente: “Pero el Capitalismo Salvaje lo que quiere es cada día más dinero y más dinero a costa de lo que sea, y les importó poco en ese momento el crecimiento económico que les beneficiaba a ellos, porque querían comérselo todo y le sirvieron de instrumento al yanqui, e hicieron Alianzas con los Curas, hijos del demonio, y empezó esa ola de terror.” No me joda el dictador como si no es el, el que se enriquece de los impuestos y ha hecho de Nicaragua su negocio personal, diciéndole a los curas hijos del demonio, cuando son ellos los endemoniados y vulgares que usan lenguaje común para referirse a personas que merecen respeto.
Aquí los únicos terroristas son ellos, Ortega y Murillo.
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