La dictadura de Ortega es una vergüenza hasta para la dictadura de Cuba

Aparentemente hasta la oprobiosa y más longeva dictadura de las Américas ha intentado suavizar la represión de la sangrienta dictadura de Ortega Murillo en Nicaragua, pero esto ha ocasionado el cambio constante de embajadores de Nicaragua en Cuba que se atrevieron a decir el mensaje.

Eso es lo que explico el ex embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields en un artículo de opinión que publica Infobae.
Desde que estallaron las protestas en abril de 2018, Nicaragua se ha convertido en una incómoda piedra en el zapato. Los llamados países de la nueva izquierda latinoamericana han enviado mensajes discretos y discrepantes, privados y públicos al régimen de Ortega pidiéndole que libere a los 180 presos políticos o que al menos haga algunos gestos de respeto a los derechos humanos.

México, Argentina y Bolivia han hecho comentarios públicos, mientras los más radicales, Venezuela y Cuba, han sugerido de forma tímida y timorata que al menos guarden las apariencias. La repuesta de Managua algunas veces ha sido furibunda y otras veces ha sido indiferente, según el ex embajador.
"Los embajadores nicas ante estos países de izquierdas del siglo XXI han comunicado a Managua estos mensajes cifrados de sus compinches, pagando un precio muy alto por hacer su trabajo. No me creen. En 6 meses, Nicaragua ha tenido 4 embajadores en Cuba: Wilfredo Jarquín, Reynaldo Lacayo, Sidhartha Marín (12 dias en el cargo), Luis Cabrera (12 años). No olvidemos que la relación con Cuba ha sido una relación histórica y hoy se ha convertido en una relación histérica. Similar suerte han sufrido los embajadores de Managua ante Argentina y Venezuela".
Amistades peligrosas
"Cuba por años ha hilado fino una estrategia diplomática internacional, con brigadas médicas globales y las redes de solidaridad más grandes del mundo.
Europeos y estadounidenses se derriten de pasión y romanticismo al hablar de sus visitas a la Habana y algunos atesoran como joyas preciosas una que otra foto con los hermanos Castro. Si no me creen, pregúntenle a Andrés Manuel López Obrador. Dicho esto, la grotesca y cruel diplomacia de Ortega-Murillo avergüenza a sus socios cubanos, los que muchas veces no pueden defender lo indefendible. Nicaragua es aquel amigo que llega a la fiesta, se come toda la comida, se emborracha y se pelea con todos los invitados. Los camaradas de izquierda no hayan qué hacer con Nicaragua y los de derecha tampoco".
Aunque Cuba siempre ha procurado una relación paradisiaca con Nicaragua, algunos mensajes cifrados no han gustado al Carmen y como resultado no castigan a la dictadura cubana, sino que se desquitan con sus embajadores. Pese a estas acciones de control de daños, los malestares y las gastritis son cada vez más frecuentes y se ha comenzado a evidenciar que ya hay algunos problemas en el paraíso, expresa el ex embajador McFields.

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