DECLARAN CULPABLE A MUJER QUE SE DEFENDIA DE ABUSOS DE SU MARIDO Y LO ASESINO

Con un veredicto de culpabilidad concluyó ayer, el juicio que se ventiló en los juzgados de León, en contra de Flor de María Valdivia Aguilar de 49 años, quien enfrentó el proceso penal, por haber privado la vida de su pareja Yáder Antonio Rojas.


Como se recordará el parricidio ocurrió aproximadamente a las 1:30 de la madrugada del pasado primero de enero, en la comarca San Jacinto, del municipio de Telica, del departamento de León.
Según la acusación de la fiscalía, la pareja se encontraba discutiendo en su casa de habitación, por un comentario que Valdivia hizo sobre la mamá de la víctima.
Minutos antes ambos se encontraban en la casa del papá de Valdivia, celebrando la llega del año nuevo y cuando Rojas llamó a su mamá, aproximadamente a las 12 de la medianoche, se puso a llorar.
La acusada le preguntó por que lloraba , si su mamá estaba viva, lo cual ocasionó una discusión entre ambos, según uno de los testigos.
Posteriormente Valdivia se fue a su casa y 20 minutos después llegó Rojas en estado de ebriedad y continuaron discutiendo y al golpearla en el abdomen con una cuchara, ella buscó un cuchillo y le hizo una herida de 5 centímetros en el brazo derecho que le privó la vida en minutos e inicialmente la acusada hizo creer a la policía que se había privado la vida.
Aunque la defensa alegó que la acusada actuó en legítima defensa y que sufría maltrato de parte de su pareja, la jueza Aleyda Susana García del juzgado del Distrito Penal de Juicio de León, concluyó que "no hay tal legítima defensa".
Explicó que las pruebas demuestran que Valdivia no presenta daño a su integridad psíquica y agregó que una cuchara no se compara con un arma blanca (cuchillo) y que cuando ocurrió el hecho, la víctima se encontraba en avanzado estado de ebriedad y que no tuvo la misma capacidad para defenderse.
La víctima vivía en Costa Rica y en las vacaciones de Semana Santa y fin de año, se trasladaba a Nicaragua, mientras que Valdivia viajaba con frecuencia al vecino país del sur para ejercer su trabajo como encomendera.

Por Lésber Quintero

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