El Gobierno del dictador Ortega ya ha tenido malas experiencias con sus militantes sandinistas que han decidido abandonarlo como Rafael Solís que no solo abandono su puesto como consultor y personaje de confianza si no que llego a quemarlos con las Autoridades en Estados Unidos, pruebas que han servido para lanzar más sanciones al Gobierno dictatorial de Ortega.
El dictador tiene a su disposición
un grupo de unos 25 mil sandinistas bien amaestrados, como perritos listos para
morder, ciegos, sordos y mudos, listos para hacer cualquier cosa el dictador
les diga, sin embargo los ve solo como eso, sus sirvientes, sus seguidores, que
ellos por una ideología siguen al sandinismo, pero el Dictador se aprovecha
robando y enriqueciéndose el y su familia.
0 Comentarios